Santo Domingo, D.N. Octubre, 2021. Este año, República Dominicana participó por segunda vez en la Bienal de Arquitectura de Venecia, y en ese contexto, dentro de la histórica Iglesia Anglicana de San Jorge, el Arquitecto Jesús D’Alessandro tuvo a su cargo iniciar una importante conversación sobre el papel del diseño urbano en la democratización de las ciudades en países en vías de desarrollo.
Compartieron escenario junto a él el veterano historiador urbano de Venecia, profesor Guido Zucconi, la arquitecta Lidia León, los directores del Centro para la Arquitectura Global de Austria, profesores Peter Mortenbock y Helge Mooshammer, y la curadora Roberta Semeraro.
De su parte, y haciendo un recorrido por la esencia y misión del diseño, resaltando su potencial para combatir la segregación urbana, D’Alessandro explicó a la audiencia: “El diseño es una estructura de decisiones que puede ser informada o desinformada, guiada por principios éticamente defendibles o no. Y esto último lo hace, en cualquier caso, una estructura teleológica.
Indicó que el diseño es también la formalización de un acuerdo o contrato social, y es en ocasiones un generador de contratos, porque la sociedad se adapta al patrimonio que la rodea, natural o construido. Resaltó: “Así que el éxito del diseño siempre estará condicionado a las preguntas que lo guían y lo bien que se informe. Y deseo vincular lo primero con el concepto de segregación. En el siglo XXI, la segregación social sigue siendo el desafío número uno en la mayoría de las ciudades del mundo en desarrollo, precisamente por esa razón: están en desarrollo. A medida que las ciudades evolucionan de manera desigual, una serie de barreras, algunas estáticas, otras dinámicas, y otras arraigadas en la cultura o la memoria, separan a los que prosperan de los que no”.
Asimismo reflexionó: Alrededor del mundo, con frecuencia se conversa sobre segregación como el resultado de planes urbanos divisivos de uso del suelo, pero las demoras de tráfico, los excesos de velocidad, las aceras rotas, los apagones, o las calles inundadas, también segregan a poblaciones enteras dentro de zonas urbanas específicas. Es un efecto que pueden padecer todos, pero que siempre afectará mas sensiblemente a las poblaciones mas carenciadas. Y con el drama social que trae esa desconexión también aumenta la pobreza, la violencia y el estancamiento económico general. Nadie desea invertir en una ciudad que genera violencia o inseguridad orgánicamente producto de la segregación. Pero, ¿qué pasa cuando tenemos los recursos a mano? y casi siempre los tenemos porque se trata más de invertir diferente que de invertir más, ¿y guiamos las reformas urbanas con las preguntas correctas? ¿Recuerdan que es un proceso teleológico? Cuando nos preguntamos qué solución de diseño puede elevar más la calidad de vida de todos, en ese mismo momento apuntamos a transformar la vida de las personas y a la vez a dinamizar la economía urbana.
Apuntó en ese sentido: “ ¿Por qué? La gente desea vivir donde la calidad de vida esté asegurada o al menos se aborde gradualmente desde la inversión pública. Y para los diseñadores, perseguir ese mejoramiento siempre tendrá una relación directa o indirecta con identificar barreras y removerlas. Esto resumidamente produce un aumento de la demanda sobre el territorio que se expresa de formas diversas. Finalmente, el efecto de integrar la ciudad para beneficio de todos motiva la inversión desde una amplia gama de industrias. Los emprendimientos se llevan a cabo y florecen en territorios donde las personas desean vivir. Esto significa que se genera un clima de empleo y recaudación fiscal. Y nuevamente, todo comienza con una estrategia, un diseño, guiado por una pregunta que está alineada con la necesidad y la expectativa humana. Un diseño para convertir barreras en caminos, para otorgar acceso democrático y accesible a la geografía urbana.”
Luego de esta reflexión, los demás miembros del panel realizaron observaciones conectadas con el tema y fueron tomadas preguntas del público.
Al encuentro asistieron la ministra de Cultura de República Dominicana, señora Carmen Heredia, quien ofreció unas emotivas palabras para todo el equipo del Pabellón Dominicano; el viceministro de Cultura señor Gamal Michelen; visitantes de la Bienal,y público en general.
La actividad se produjo como parte de la agenda del Pabellón Dominicano en la Bienal, diseñado por la artista plástica y arquitecta Lidia León, curado por la experta en arte Roberta Semeraro y coordinado por la artista dominicana cine Iris Peynado.
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