El abastecimiento de agua potable al Gran Santo Domingo con caudales derivados de la Presa de Hatillo, localizada en el municipio de Cotuí, es la solución propuesta por un grupo de estudiantes para el problema de la escasez de agua.
Se trata de un acueducto con una línea de conducción por gravedad de unos 72 kilómetros de longitud, medidos desde la obra de toma, localizada en la referida presa, hasta los tanques de almacenamientos localizados a 10 kilómetros del Aeropuerto del Higüero. El costo estimado de construcción es de unos USD$300 millones y el tiempo de ejecución estimado es de unos tres años. El acueducto tendrá una capacidad de más de 780 mil metros cúbicos de agua al día, según el índice de riesgo climático global (Global Climate Risk Index, 2018), República Dominicana ocupa el puesto número 10 de los países más afectados por el cambio climático, con un número importante de eventos climáticos, pérdidas humanas y económicas cerca a los USD$245 millones cada año.
A pesar de la sequía por la que atravesó el país en el primer trimestre del 2019, la presa de Hatillo mantiene unos volúmenes de agua importante, ya que su fuente de abastecimiento es el río Yuna. En contraste con el tema de la sequía, la población de la ciudad de Santo Domingo ha visto multiplicar por seis su población en los últimos 40 años. La zona del Gran Santo Domingo, es la que mayor crecimiento poblacional experimenta en la actualidad. Sin embargo, especialistas pronostican que en diez años, Santo Domingo Este sobrepase el Distrito Nacional como el municipio más poblado del país.
De acuerdo a la propuesta de los estudiantes Oscar Torres, Marcos de Moya, Héctor Rochell, Melanie Camacho, Christian Abreu y José Álvarez, de la Universidad Iberoamericana (UNIBE), el tanque regulador, próximo a la estación de bombeo, en Cotuí, está diseñado tomando en consideración las cargas vivas y muertas, cargas de viento y cargas sísmicas. Según normas locales e internacionales, se diseñó en acero estructural A572Gr50 y tiene una capacidad de almacenamiento de más de 35 mil metros cúbicos.
Línea de conducción
Está compuesta por tres tubos de hierro dúctil de 1.625 m, circunvala a Cotuí, atraviesa Monte Plata, y llega a los tanques de almacenamiento en Santo Domingo, para que a partir de este punto la CAASD realice el proceso de distribución a las viviendas, comercios, etcétera.
El ingeniero Francisco García, especialista en gerencia de proyectos, y director de la Escuela de Ingeniería Civil de la casa de altos estudios, entiende que, lo más interesante de esta propuesta es que resuelve dos problemas: la escasez de agua en el Gran Santo Domingo en los próximos 50 años y la disminución del riesgo de inundaciones del Bajo Yuna, una de las zonas más importantes de producción agrícola del país. La seguridad alimentaria es una problemática mundial, responsabilidad de las políticas económicas de los gobiernos.
El ingeniero Julio Morales, docente de la escuela de Ingeniería Civil, dice que para los estudiantes, su participación en un proyecto de esta naturaleza representa una gran oportunidad de ampliar sus horizontes.
Torres y De Moya estudiantes de ingeniería civil y participantes en el proyecto, explican que la metodología Capstone los retó a trabajar más allá de lo que se creían capaces, pues éste busca enfocarse en brindar soluciones para los problemas que retrasan el desarrollo de la sociedad. Contó con la asesoría de los ingenieros César Espaillat, Msc; Julio Morales, Msc; Ing. Iván Méndez, Msc; Ricardo Hernández, PhD; Víctor Escalante, Msc y Melina Santos, Msc. Como jurados lectores, participaron los ingenieros José F. Comarazamy, Msc; Jean Guzmán, PhD y Francisco García, EMBA.
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