Al iniciar la educación superior, la mayoría de estudiantes asume con ansiedad el reto de una etapa que significa para ellos una transición evidente de los años de escolaridad básica a la formación profesional. Están tan ansiosos de empezar a sumergirse en las intríngulis propias de la carrera que han elegido, que se les hace difícil comprender por qué deben cursar materias, que desde su perspectiva, ya cursaron en la escuela. Entonces les surge la pregunta: ¿qué importancia tiene la literatura en mi proceso de educación universitaria?
Si bien no existe un escenario único para promover la lectura y escritura de textos literarios, nadie pondría en duda que la universidad es un espacio ideal para tales fines, especialmente, para despertar la pasión por la literatura en una época donde la prevalencia de la imagen sobre el texto escrito sigue en aumento, donde las redes sociales son el medio de comunicación por excelencia y en la que no podríamos concebir un día lejos de nuestros dispositivos electrónicos. Pero contrario a lo que podría pensarse, la literatura no se opone a todos estos cambios y tendencias, nos prepara para ellos.
El avance de la ciencia y la tecnología demanda individuos cada vez más capaces de innovar, crear, diseñar y estar abiertos a nuevas formas de pensar, de actuar y de aprender. Por otro lado, el bombardeo masivo de información en los distintos medios de comunicación y el libre acceso a la misma han cambiado las reglas del juego, pero no el código, pues seguimos siendo seres sociales cuyo medio fundamental de comunicación es el lenguaje. Y ahí la importancia de la educación literaria, no como un accesorio o complemento del currículo sino como un pilar fundamental en la formación de ciudadanos con la capacidad de reflexionar en torno a su realidad y de transformarla, con un pensamiento crítico, abierto, complejo y dispuestos a asumir el liderazgo en medio de los increíbles cambios que ha traído consigo este siglo.
Pero esta idea no es nueva, bien sabido es que la competencia literaria es un pilar fundamental en la formación de los individuos en tanto nos hace seres más sensibles a la realidad que nos circunda; incita la imaginación, la creatividad y el pensamiento; nos permite conocernos y reconocernos en los demás, y con ello, nos vuelve seres más críticos y abiertos a ideas distintas a las nuestras. Cada texto literario es una puerta, un catalizador de emociones, ideas y sueños que nos libera en cada lectura, mientras desarrollamos competencias comunicativas que trascienden cualquier área del saber, y aún más, nos preparan para la vida.
En el contexto de la academia, la lectura de una novela, un cuento o una poesía no tendrá siempre una finalidad didáctica rebuscada o un fin práctico tangible, quizás por eso, la literatura puede quedar relegada con relación al resto de las asignaturas de cualquier pénsum en algunos programas educativos, especialmente en el nivel superior. Sin embargo, hablar de la importancia de esta en la formación de los futuros profesionales resultaría similar a discutir sobre la pertinencia de la música para alimentar el espíritu. Y es que la música, igual que la literatura, es un lenguaje universal que va más allá de los objetivos de una unidad didáctica, mientras que la literatura es una conversación en el tiempo. Al leer, los seres humanos entran en diálogo con otras voces y otros tiempos. Quien se educa literariamente hablando, poseerá una de las herramientas más acabadas para la formación de la personalidad y el carácter, el conocimiento y la aprehensión del mundo que lo circunda y de sí mismo. A través de la educación literaria se conseguirá la capacidad de análisis, el manejo del lenguaje y el sentido de criticidad. A una sociedad que lee no se le podrá vender cualquier cosa. Por tanto, es la literatura, ya sea en historias noveladas o a través del cuento, la poesía o el ensayo, la vía para formar seres libres, críticos y pensantes.
En este sentido, la Universidad Iberoamericana consciente de la imperante necesidad de desarrollar la competencia literaria en esta generación de jóvenes líderes, sigue asumiendo el compromiso de mantener una oferta académica interdisciplinaria que favorezca la formación integral de sus estudiantes, ofreciendo nuevos espacios para promover el arte y diseñando actividades curriculares que consideren el fomento de la escritura y la lectura como pilares fundamentales.
Con tales fines, el Área de Lengua y Literatura del Ciclo de Estudios Generales llevó a cabo su 1ra. Semana Literaria, con un programa dirigido a toda la comunidad universitaria. Del 27 de marzo al 3 de abril UNIBE recibió la visita de más de quince escritores dominicanos en actividades que abarcaron géneros como teatro, música, danza, narrativa y poesía; y donde estudiantes de distintas carreras participaron en eventos tales como: maratón de poesía, panel de escritores, debate estudiantil, asaltos de lectura dentro y fuera del campus, teatro-fórum, etc.
Como clausura de esta magna celebración se llevó a cabo el XII Certamen Literario de UNIBE, un concurso para docentes, administrativos y estudiantes, quienes pueden someter sus textos en cuatro distintos géneros: poesía, cuento, guion y ensayo. Este año, el XII Certamen Literario fue dedicado a Manuel Matos Moquete, Premio Nacional de Literatura 2019, por su significativa trayectoria como escritor y su aporte a la literatura nacional.
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